Cuando se produce un episodio de formación estelar masiva, y en el Universo primitivo era algo muy frecuente, las nubes de gas absorben la radiación muy energética de las estrellas muy brillantes. El gas se ioniza y emite unas líneas de misión en ciertas longitudes de onda muy características. Son como los colores de las auroras, que son emisiones de gas de la atmósfera cuando recibe el impacto de las partículas cargadas provenientes del Sol.
Midiendo la intensidad de esas líneas de emisión se puede medir la abundancia química de ciertos elementos químicos, como el oxígeno, el nitrógeno o el carbono y esos elementos trazan la evolución de las galaxias porque sólo han podido ser creados en el interior de las estrellas, así que cuantos más metales más evolucionara está una galaxia.
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