La manera en la que funciona es por fluorescencia. El ADN en sí no es fluorescente, así que le ponemos un fluoróforo (como un tinte fluorescente). Cuando lo miramos con la luz adecuada (en mi caso es un láser azul), el fluoróforo brilla y somos capaces de detectarlo con una cámara especial. Así es como lo vemos 🙂
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